Demostración por el absurdo

En matemáticas una de las formas de demostrar la falsedad de una hipótesis es cuando seguimos esa hipótesis y ella nos conduce a una contradicción.
Trataremos de demostrar por el absurdo el colapso del dólar (aunque no pretende ser una demostración rigurosamente matemática).
Para que NO se de un colapso pueden suceder dos cosas: 1º que el dólar NO sufra una corrección o 2º que ese ajuste sea gradual.
Al valor que tiene hoy día el dólar genera un fenomenal desbalance en el comercio mundial, generando cada vez más deuda en USA y cada vez más ahorro en China, los países asiáticos en general y países exportadores de petróleo. Para que esto siga hasta la eternidad, deberíamos asumir que el endeudamiento de USA puede llegar al infinito y su expansión de la base monetaria también, sin causar inflación. Como estas dos afirmaciones son absurdas, asumimos que el dólar debería corregir su valor, de manera tal que no solamente equilibre el comercio mundial, sino que los flujos comerciales se inviertan: es decir USA debería exportar más bienes y servicios a China de los que importa y así pagar al menos los servicios de su deuda externa. Así el dólar se debería devaluarse fuertemente respecto del yuan y devaluarse también en menor medida respecto de las monedas de los países exportadores de materias primas (países de Latinoamérica por ejemplo).
Habiendo llegado a la conclusión que el valor del dólar debe bajar respecto a las demás monedas, sería deseable que esa corrección sea gradual. Supongamos que se reúne el G20 o el FMI o la ONU y deciden decirle al mundo, que de acá a dos años las divisas del mundo van a reacomodar sus valores siguiendo una tablita devaluatoria. Inmediatamente toda la gente saldría volando a una casa de cambios para cambiar sus ahorros de aquellas monedas sobrevaluadas a las subvaluadas, con lo cual la corrección en lugar de ser gradual sería abrupta (colapso).
De hecho ha habido correcciones en el valor de las divisas, pero sin embrago son tan lentas que en lugar de tender a achicar los desbalances comerciales, los están ampliando. Además la mayoría de los países, en lugar de dejar que sus monedas se revalúen respecto del dólar están haciendo “devaluaciones competitivas” porque le tienen mas miedo al desempleo y la pérdida de competitividad de sus industrias que al hecho de la pérdida que significa acumular en sus bancos centrales dólares y papeles de deuda que finalmente perderán valor.
Todo esto nos lleva a la conclusión de que NO es posible consensuar políticamente una salida gradual de este estado de desequilibrio hacia un nuevo estado de equilibrio en el comercio mundial. Tampoco es posible que este desequilibrio perdure para siempre.
Por lo tanto vemos por ahora un “goteo” hacia el oro y los commodities (para hacer un símil con lo que ocurría en la Argentina en el 2001, donde poco a poco los depósitos se fugaban de los bancos hasta que no quedó mas remedio que poner el famoso corralito) y que de a poco se convertirá en una avalancha imparable.
El aumento del precio del oro no es más que un indicador de la desconfianza que hay en el actual sistema financiero – monetario mundial.
Hay indicios de que esta avalancha estaría cerca:
a) La demanda de oro está aumentando, el 3/11 India anunció la compra de 200 toneladas de oro al FMI. Hubo también rumores de compras de oro por parte de los árabes y rusos hace algún tiempo.
b) Hay todo tipo de rumores de manipulación en el mercado del oro.
c) Los convenios de intercambio comercial fuera del dólar y operaciones de swaps de divisas que hicieron Argentina con Brasil, Argentina con China, China con Rusia, etc. Todo apuntaría a mantener los flujos comerciales bilaterales en caso de un colapso del dólar
d) Numerosas voces pidiendo reemplazar al dólar como moneda de reserva e intercambio mundial.
Todas las medidas que estamos viendo, indicarían que la decisión de como salir ya está tomada por las élites mundiales: ajuste y licuación de deudas vía hiperinflación.

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